Fernando Alonso, Hijo Predilecto de Oviedo

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Acuerdo del Pleno del Ayuntamiento de Oviedo

La Comisión Especial de Honores y Distinciones designada al efecto celebró sesión el 29 de septiembre de 2005 para conocer la proposición formulada por la Alcaldía para concesión del Título de Hijo Predilecto de Oviedo a D. Fernando Alonso Díaz, Campeón del Mundo de Fórmula I, y en la que se ponía de manifiesto que el Sr. Alonso es un orgullo para todos los ovetenses y un ejemplo de cómo se pueden llegar a alcanzar los objetivos más difíciles con inteligencia, tenacidad y, sobre todo, con fe en la victoria. Ésa es una de las principales características de los líderes, y Fernando Alonso Díaz es un gran líder.

En base a las razones propuestas, la Comisión Especial emitió dictamen favorable, proponiendo al Pleno de la Corporación Municipal la concesión del Título de Hijo Predilecto de Oviedo a D. Fernando Alonso Díaz.

Sometido el dictamen precitado a votación por el Pleno del Ayuntamiento, lo hacen a favor los 15 concejales presentes del PP, los 7 concejales del PSOE y el concejal no adscrito, absteniéndose los 2 concejales de IU. Consecuentemente, por 23 votos a favor y con 2 abstenciones, el Pleno acuerda conceder el título de Hijo Predilecto de Oviedo a DON FERNANDO ALONSO DÍAZ.

Acto de entrega oficial del título

El 21 de junio de 2006 tuvo lugar, en un Auditorio lleno a rebosar de público, la entrega oficial del título de Hijo Predilecto de Oviedo a Fernando Alonso.

El emotivo acto comenzó a las 13 horas en la sala principal con la emisión de un vídeo sobre la trayectoria del piloto ovetense. Posteriormente, se incorporaron al escenario las autoridades siguientes: Graciano García, director de la Fundación Príncipe de Asturias; los ex presidentes del Principado Pedro de Silva, Juan Luis Rodríguez Vigil y Sergio Marqués; Antonio Trevín, delegado del Gobierno en Asturias; Vicente Álvarez Areces, presidente del Principado de Asturias, y Gabino de Lorenzo, alcalde de Oviedo. A continuación hizo acto de presencia Fernando Alonso.

Intervino en primer lugar el alcalde de Oviedo, al que siguieron el delegado del Gobierno y el presidente del Principado.

Graciano García glosó la figura de Fernando Alonso. Posteriormente, el secretario general accidental del Ayuntamiento de Oviedo leyó el acta del acuerdo plenario y Gabino de Lorenzo entregó al homenajeado el título de Hijo Predilecto de Oviedo.

La última intervención fue la de Fernando Alonso.

La ceremonia se despidió con un vídeo de los triunfos del piloto y la actuación de las bandas de gaitas «Ciudad de Oviedo» y «Vetusta», que cerraron el acto con el himno de Asturias.

DISCURSOS

El primero en intervenir fue el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, quien ensalzó a Alonso, «persona por la que toda Asturias siente respeto, cariño, admiración y orgullo» y a su familia, y en especial a su padre, José Luis, «un padre que ha formado a su hijo en los valores del trabajo, de la tenacidad, del espíritu de superación y de la confianza en el triunfo, que ha llegado después de una lucha que han sostenido padre e hijo contra la vida, durante tanto tiempo, cientos de miles de kilómetros por esas carreteras para llegar al lugar de competición».

Seguidamente tomó la palabra Antonio Trevín, delegado del Gobierno en Asturias:

Es este un acto que obliga, doblemente, a la enhorabuena.

La primera para quien ha sido nombrado, por el Pleno Municipal, Hijo Predilecto de Oviedo. Fernando Alonso, joven ovetense y celebridad mundial.

La segunda para la Corporación Municipal de esta ciudad. El reconocimiento de la especial valía de los nuestros es necesario hasta para la propia autoestima, pero no siempre se da con la diligencia y la importancia con que aquí se ha hecho, por lo que debe subrayarse.

Ambas enhorabuenas deben entenderse también en sentido colectivo.

El orgullo que, legítimamente, siente hoy el actual Campeón del Mundo de Fórmula 1 estoy seguro de que es compartido por toda su familia. Sin el esfuerzo y los desvelos de sus padres y hermana difícilmente estaría hoy aquí Fernando, como él mismo recuerda siempre que puede.

Como ellos, está plena de satisfacción la familia del motor asturiana. La que componen miles de aficionados y cientos de deportistas y organizadores de sus eventos.

Éste es un deporte con solera y tradición en nuestro Principado. Rallyes, pruebas de karting, subidas de montaña... han sido y son posibles por el entusiasmo y el trabajo paciente y silencioso, desde hace décadas, de unos y de otros. El triunfo de Fernando lo sienten como algo suyo, y tienen derecho a ello.

Estoy seguro que muchos de ellos pensaban, como los gaélicos irlandeses, que el que soñaba era un ser divino en el momento de soñar: ¡Campeón del Mundo! Sueño y utopía para varias generaciones de deportistas asturianos del motor, hasta que un Alonso, de Oviedo, demostró que era un sueño al alcance de los hombres.

Pero ¡qué hazaña! Y qué pocos hombres pueden alcanzarla.

La Corporación ovetense así debió entenderlo y ello explica este acto y la presencia de los que aquí estamos. Unos, ciudadanos de esta capital de Asturias, como el Campeón. Otros de diversos concejos asturianos y hasta de otras tierras españolas.

Estoy seguro, incluso, que miles de sus seguidores, de otros muchos lugares del mundo también lo están, sino física sí anímicamente.

Porque Fernando Alonso es un asturiano universal.

En el mundo global en el que vivimos, no es, sin embargo, nada fácil alcanzar esa categoría, aunque tengamos en Asturias alguna cualidad colectiva que puede haberle ayudado.

Decía D. Valentín Andrés Álvarez que un rasgo muy característico del asturiano es que cuando se transplanta se adapta muy bien al nuevo medio. Los circuitos de Fórmula 1 de todo el mundo son testigos de cómo Fernando Alonso se adapta a ellos, incluso cuando, por primera vez, afronta su trazado.

No se piense que con dicho rasgo está todo hecho. Como nos recordaba el mismo autor, el asturiano suele llevarlo todo al extremo de su perfección. El que trabaja es un trabajador modelo y el que no, hace un holgazán perfecto. Fernando Alonso pertenece, por supuesto, a la primera categoría, hasta sus últimas consecuencias.

Entenderás que hoy, Fernando, no sólo los ovetenses, sino todos los asturianos, estemos felices al sentirte como uno de los nuestros.

Los ves y lo vemos cada día y en cada carrera. Las celebraciones, con baño incluido, en la Gabinona —mis disculpas, alcalde, por utilizar el nombre popular de la fuente de la plaza de América—. Las caravanas de coches, con sones de claxon y banderas al viento por las calles de toda Asturias. Los largos viajes en autobús de miles de seguidores asturianos, para deleite de las agencias de viaje.

Acompañas y arropas incluso, Fernando, a jóvenes asturianos en los momentos más difíciles y de mayor dolor. La pasada semana, lamentamos todos el fallecimiento de un jovencísimo escolar de Morcín, en un accidente de transporte. Cubría el féretro de David, Fernando, una de tus banderas. La misma, seguramente, que hizo ondear muchos domingos delante del televisor, atento a tus salidas.

Acabo. Recibe mi más cordial felicitación personal y como delegado del Gobierno de España en Asturias, al tiempo que te recuerdo un estribillo de Joaquín Sabina:

Pisa el acelerador... gasta las ruedas,

pisa el acelerador... hasta que puedas,

pisa el acelerador... siéntete vivo,

pisa el acelerador... no estás cautivo

Mientras tenga gasolina tu motor,

pisa el acelerador.

¡Eso sí!, como bien sabes, siempre dentro de los circuitos.

Muchas gracias.

Intervino después el presidente del Principado de Asturias, Vicente Álvarez Areces, para destacar en Fernando Alonso «al joven audaz y sereno, inteligente y disciplinado, que cree en su trabajo», integrante de la generación de la democracia: «representa esa primera generación de asturianos nacida y educada en la libertad y la convivencia. Es también una generación de ovetenses que han crecido conscientes de que su ciudad es capital de una comunidad pequeña de extensión, pero ilimitada y grande en su voluntad de contribuir al progreso y el bienestar de la humanidad».

A continuación, Graciano García, director de la Fundación Príncipe de Asturias, pronunció el siguiente discurso:

Una inesperada llamada telefónica de nuestro alcalde me da la oportunidad de estar aquí, feliz y agradecido.

Tras una breve introducción en la que hablamos de la mar y de los pájaros migratorios, de la buena música y hasta de Unamuno, el alcalde me invitó a participar en este acto para glosar la figura de Fernando Alonso, nuestro campeón del mundo de Fórmula 1, al que hoy le entregamos el título de Hijo Predilecto de Oviedo.

Además de feliz y agradecido, lo hago desde el profundo sentimiento de ser hijo adoptivo de esta ciudad y como director de la Fundación que le concedió el año pasado el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes, el galardón que más quiere entre los muchos con que fue distinguido.

Nació Fernando cuando la Fundación Príncipe de Asturias daba sus primeros pasos: el mismo año en que entregamos por primera vez los Premios Príncipe de Asturias. En estos veinticinco años, ambos, Fernando y la Fundación, se han ganado un gran prestigio y un no menor reconocimiento en todo el mundo.

Y para conseguirlo no ha habido atajos. Desde el alba de los tiempos se sabe que la firme voluntad, los claros principios, la grandeza de espíritu, la constancia, el equilibrio y la esperanza, el esfuerzo y el trabajo abnegados son, a pesar de los enredos del azar, el único camino para ir a donde se quiere llegar. Y Fernando, como los elegidos por los dioses de la antigua Grecia, descubrió desde muy niño cuáles eran su rumbo y su horizonte. Convirtió las dudas y las interrogaciones de un joven de su tiempo en fuerza y en sacrificio para transformar la velocidad, diestramente gobernada, en una conquista profundamente humana.

Fernando es, además, una persona sencilla que no anda errante por las callejas de la torre de Babel. Sabe muy bien de la hondura de sus raíces, del entrañable manantial de su sangre, de los porqués de su anclaje cultural, histórico y sentimental en su tierra y en su patria, a las que ama profundamente. Y las ama, no para encerrarse estérilmente en lo provinciano sino para ser ciudadano del mundo, para compartir los problemas y esperanzas de la Humanidad. Así se pueden llevar con mente clara, orgullo y dignidad, como él lo hace, las banderas de Asturias y de España, unidas sobre todos los asfaltos, bajo todos los cielos y abiertas a todos los vientos del planeta.

Porque creo en los valores de la familia, porque estoy convencido de que es uno de los más grandes patrimonios de nuestra cultura, y porque en ella ha encontrado Fernando un apoyo fundamental para ser lo que es, quiero tener unas palabras de reconocimiento y de especial admiración para sus padres, Ana y José Luis.

Su entrega, llena de amor, su sacrificio, su ilusión y su esfuerzo encauzaron y protegieron los pasos de Fernando y le enseñaron no sólo a amar la vida sino también el valor de la responsabilidad, el del honor a la palabra dada, el de la fortaleza ante la adversidad.

A Lorena, que ha compartido con él tantos sueños y complicidades, tantas horas de incertidumbre y muchas más de alegría, quiero felicitarla por la inmensa suerte de tener un hermano así.

Pero, como sabemos muy bien, y muy especialmente en Asturias, el eje esencial, la referencia clave de nuestras familias son nuestros abuelos, regazo único y maravilloso de lo más entrañable, corazón de la sabiduría, del verdadero amor y del equilibrio familiar. Por eso quiero también tener unas palabras muy sentidas para Luisa, la abuela de Lorena y de Fernando.

La descubrí, más bien diría que me deslumbró, en el Hotel de la Reconquista, en la mañana del año pasado del día en que Fernando recibió el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes. Vi enseguida en ella a una persona llena de vida, orgullosa de su nieto, fuerte y cariñosa. Una abuela que, habiendo vivido y sufrido con el heroísmo de su generación una España áspera y dura, le ha transmitido a Fernando, con la ternura y la firmeza de quien sabe ser guía y refugio, los valores de la concordia, de la fraternidad y de la compasión. A ser, en definitiva, una buena persona.

Gracias en muy buena medida a esta familia admirable, Fernando ha conseguido, como resaltó S.A.R. el Príncipe de Asturias el año pasado en las palabras que le dedicó al entregarle el Premio, que la sociedad vibre y viva con orgullo sus triunfos. Que se contagie de su optimismo y de su esperanza. Que resplandezca la idea de que los esfuerzos mantenidos en el tiempo y la entrega abnegada tienen la hermosa recompensa del respeto de sus rivales, de la admiración de los aficionados y del orgullo de sus compatriotas.

Aunque a mí me gustaría destacar hoy aquí un mérito no menor que también podemos asignarle a Fernando: el que haya conseguido que muchos estén haciendo un curso urgente de inglés y sepan lo que significa la «pole», los «boxes», el «pit lane»... Estamos ya acostumbrados a oírlo en todos los chigres, los bares y las tertulias de nuestra tierra, sobre todo a primera hora de las tardes de domingo o en horas intempestivas de la madrugada, cuando, emocionados, vemos sus carreras y compartimos la alegría de sus triunfos.

A partir de hoy Fernando Alonso sube al hermoso podio de los hijos predilectos de esta ciudad, una ciudad milenaria y culta, resplandeciente y bella, capital de una Asturias que ya ha abandonado para siempre los viejos fantasmas que la ataban al pasado: los fantasmas del desánimo, de la conciencia de la crisis permanente, del lamentable y estéril laberinto de la pérdida de la autoestima.

Querido Fernando: eres un grandísimo deportista que, entre la oleada de los aplausos, sabes distinguir los ecos de las voces, el barro del oro, y la algarabía del latido del corazón. Sabes bien, por ello, que el triunfo nada vale sin generosidad y sin grandeza de espíritu; que con el afán de competir deben coexistir la fuerza del ejemplo y el deseo de servir a la sociedad.

Todos queremos que sigas así. Que continúes consiguiendo el gran triunfo que tanto necesitamos, la gran victoria de que estemos unidos en lo fundamental, como lo hacemos cuando ganas una gran carrera. Que estemos unidos, como ahora, en que toda Asturias, tan bien representada hoy aquí, esté emocionada y orgullosa de ti, feliz de que seas Hijo Predilecto de Oviedo, deseando desde lo más hondo que sigas siendo un héroe para Oviedo y para Asturias. Un héroe para la ciudad y para la tierra que más te quieren.

Muchas gracias.

Tras recibir de manos del alcalde de Oviedo la distinción de Hijo Predilecto (un pergamino decorado a mano por las Pelayas, con motivos ovetenses) y las palabras del acuerdo plenario por el que se le entregó el título, así como un cuadro del arquitecto José Rivas Rico y la insignia de la ciudad, Fernando Alonso tomó la palabra para agradecer a su padres que le inculcaran valores como la sinceridad y a los aficionados su apoyo: «Ojalá os sintáis orgullosos cuando gano, como yo lo estoy de esta preciosa ciudad».

Concejo de Oviedo

Naturaleza, Arte Prerrománico, fiesta, gastronomía, Premios Princesa… y muchas cosas más en el concejo de Oviedo, ubicado en el corazón de Asturias y su capital es también la del Principado, y fue en el pasado capital del primer reino cristiano de la Península Ibérica y origen del Camino de Santiago.

Los concejos (municipios) que limitan con el Concejo de Oviedo son: Grado, Langreo, Las Regueras, Llanera, Mieres, Ribera de Arriba, Santo Adriano y Siero. Cada uno de estos concejos (municipios) comparte fronteras geográficas con Oviedo, lo que implica que comparten límites territoriales y pueden tener interacciones políticas, sociales y económicas entre ellos.

Comarca de Oviedo

Está en el corazón de Asturias y su capital, Oviedo, es la del Principado y fue en el pasado capital del primer reino cristiano de la Península Ibérica y origen del Camino de Santiago.

La comarca está conformada por uno o varios concejos (municipios). En este caso: Oviedo. Los concejos representan las divisiones administrativas dentro de la comarca y son responsables de la gestión de los asuntos locales en cada municipio.

Conocer Asturias

«Playa de Torimbia: Considerada una de las playas más hermosas de España, Torimbia es una playa virgen situada en el municipio de Llanes. Sus aguas cristalinas, su arena blanca y su entorno natural la convierten en un lugar idílico para los amantes de la naturaleza.»

Resumen

Clasificación: Motor

Clase: Competición

Tipo: Noticias

Comunidad autónoma: Principado de Asturias

Provincia: Asturias

Municipio: Oviedo

Parroquia: Oviedo

Entidad: Oviedo

Zona: Centro de Asturias

Situación: Montaña de Asturias

Comarca: Comarca de Oviedo

Dirección: Oviedo

Código postal: 33009

Web del municipio: Oviedo

E-mail: Oficina de turismo

E-mail: Ayuntamiento de Oviedo

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