Mural «El silencio y la música»

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Mural «El silencio y la música» | Patrimonio cultural | Patrimonio civil | Conjuntos etnográficos | Oviedo | Comarca de Oviedo | Centro de Asturias | Montaña de Asturias | Asturias | Principado de Asturias | España | Europa.

Descripción

Ubicación: vestíbulo del Auditorio Príncipe Felipe (Plaza de la Gesta, s/n - Oviedo).

Autor: Joaquín Vaquero Turcios.

El silencio y la música

Autora: Carmen Bermejo Lorenzo (profesora titular de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo).

› Fuente: artículo «Un espacio, dos artistas», revista bimensual Oviedo Cultura y Congresos, nº VI (agosto-septiembre 2005), págs. 10-12.

Una de las piezas más destacadas que preside el vestíbulo del Auditorio Príncipe Felipe es un mural que lleva por título El silencio y la música, obra de Joaquín Vaquero Turcios, encargada al artista por el Ayuntamiento de Oviedo. Es una obra de 10 metros de alto por 7 de ancho, realizado en técnica mixta sobre tableros de madera con bastidor de hierro.

Este artista, nacido en Madrid en 1933, es hijo del también pintor asturiano Joaquín Vaquero Palacios. Vinculado a nuestra tierra, no sólo por razones familiares, participó de la actividad plástica junto a su padre, lo que le transmitió no sólo el amor hacia el arte en general y la práctica plástica en particular, sino también a nuestra tierra.

Incansable trabajador que tanto maneja el pincel como otros materiales para desarrollar su impresión artística en dos o tres dimensiones, es precisamente ese espacio, esa necesidad de construir y al tiempo de experimentar, lo que domina toda su producción. En este sentido su formación ha sido determinante, pues además de participar tempranamente en exposiciones colectivas —entre las primeras en 1948—, siempre estuvo atento a las experiencias de una vida que tuvo como centros no sólo Oviedo, sino también países de Centroamérica y Roma. A la Ciudad Eterna se trasladó con su familia, comenzó sus estudios de arquitectura, al tiempo que se dedicó a la pintura y escultura. Esa formación arquitectónica, la práctica artística paterna y sus vivencias en América le han aportado una visión particular de la realidad que materializa en sus esculturas o en sus murales, sus pinturas de temas arquitectónicos, de retratos, los torsos, los muros, las series de estatuas togadas de sus inicios y las esculturas integradas en arquitectura y el espacio urbano que llevó a cabo posteriormente.

Cuestiones éstas que expresa en las palabras de presentación de su obra reciente en la sala Van Dyck de Gijón: «Mi senda ha pasado a través de las sugerencias y enseñanzas formales que me ha dado casi todo lo que he visto y vivido: paisajes, espacios arquitectónicos y sus ruinas, ciertas máquinas y estructuras industriales y también la figura humana. Después, he buscado la síntesis de todo ello en formas autónomas, en las que aparecen las huellas de todo lo anterior y el anuncio de lo que sigue, tratándolas una vez y otra sobre el muro, la tabla o la tela, e incluso construyéndolas en bronce, en piedra o en acero».

Para él el acto de creación es uno, independiente de la consabida clasificación de las Bellas Artes, para él la belleza es una, y se hace realidad en cada una de las piezas que maneja. Pero esa realidad es evolutiva, no se ha quedado paralizada en aquello que le es más cómodo de realizar por su reiteración o éxito, sino en aquella que surge de su inquietud expresiva, sin que por lo mismo abandone o se esconda de lo que la vida le ha enseñado. Materializar la forma que previsualiza en la mente es su mayor reto —las bellas apariciones, como declaró en una entrevista de Carlos Bousoño—, y conseguirlo es tarea ardua, que en ocasiones no concuerda con la práctica exacta de la obra entrevista en sus visiones, pero que en fondo siempre lleva su componente mental, sin despreciar, como él mismo señaló, el azar, la inspiración y la autoexigencia en el trabajo.

La pintura mural es parte muy destacada de su producción artística, y se remonta casi a sus inicios como artista, cuando participó con su padre en la realización de los trabajos para la central eléctrica de Grandas de Salime, siendo muy joven, y ese magisterio paterno dejó profunda huella. La crítica así lo ha resaltado y desde aquella primera colaboración en 1955, Vaquero Turcios ha dedicado parte de su trabajo a estas creaciones para espacios muy diversos y ubicados en lugares tan distantes como Córdoba, San Salvador (El Salvador), Salzburgo, Madrid, Salamanca, Palma de Mallorca, Ibiza, Barcelona o Suiza, Oviedo, o la Fundación Juan March de Madrid.

El silencio y la música es el título del mural creado expresamente para ser ubicado en el vestíbulo, y pensando en este espacio, como señaló Vaquero Turcios, como si fuese la nave de una catedral. Pretendía con él que en cierta forma fuese un homenaje a Picasso y otros artistas del siglo pasado que pintaron instrumentos musicales, y a Pitágoras y su invención de la unión entre geometría y armonía musical. Su incesante labor le ha llevado a trabajar en pintura con diversos formatos, y los muros han sido los trabajos con los que ha alcanzado un alto nivel de expresividad, evolución lógica de sus presupuestos iniciales y que, como ya señaló Francisco Egaña Casariego, están presentes en su búsqueda y encuentro del «arquetipo entrevisto». En ellos aparecen referencias a los mármoles y muros agrietados que fueron objeto de sus ruinas arquitectónicas, unos juegos de volumen y variaciones de ritmo y material que fueron paulatinamente perdiendo cualquier referencia explícita innecesaria para su expresión y que desembocó en un plano, la superficie sobre la que trabaja, que se fracciona tanto por el color como por la materia.

La pieza participa de aquellos presupuestos del arquetipo entrevisto, los negros y azules, surcados por líneas, en ocasiones divisorias, en otras constructoras, generan una superficie que para entender en su totalidad exige la visión lejana donde se puede observar bases creativas de Vaquero Turcios y que Carlos Delgado ha definido como «un gran investigador del color, la forma y la composición, asuntos que son la columna vertebral de su discurso», pero en la cercanía se percibe la tensión de todo ese complejo argumento, una superficie de geométrico cromatismo y tensión matérica en la que se concentra la intensidad plástica de su creación.

Concejo de Oviedo

Naturaleza, Arte Prerrománico, fiesta, gastronomía, Premios Princesa… y muchas cosas más en el concejo de Oviedo, ubicado en el corazón de Asturias y su capital es también la del Principado, y fue en el pasado capital del primer reino cristiano de la Península Ibérica y origen del Camino de Santiago.

Los concejos (municipios) que limitan con el Concejo de Oviedo son: Grado, Langreo, Las Regueras, Llanera, Mieres, Ribera de Arriba, Santo Adriano y Siero. Cada uno de estos concejos (municipios) comparte fronteras geográficas con Oviedo, lo que implica que comparten límites territoriales y pueden tener interacciones políticas, sociales y económicas entre ellos.

Comarca de Oviedo

Está en el corazón de Asturias y su capital, Oviedo, es la del Principado y fue en el pasado capital del primer reino cristiano de la Península Ibérica y origen del Camino de Santiago.

La comarca está conformada por uno o varios concejos (municipios). En este caso: Oviedo. Los concejos representan las divisiones administrativas dentro de la comarca y son responsables de la gestión de los asuntos locales en cada municipio.

Conocer Asturias

«El Club de Guisanderas Asturianas también realiza actividades para promover la cocina asturiana en todo el país y más allá de sus fronteras. Participan en ferias gastronómicas, festivales culinarios y eventos promocionales, donde presentan sus deliciosas creaciones y difunden la cultura y la tradición de Asturias a través de la comida.»

Resumen

Clasificación: Patrimonio cultural

Clase: Patrimonio civil

Tipo: Conjuntos etnográficos

Comunidad autónoma: Principado de Asturias

Provincia: Asturias

Municipio: Oviedo

Parroquia: Oviedo

Entidad: Oviedo

Zona: Centro de Asturias

Situación: Montaña de Asturias

Comarca: Comarca de Oviedo

Dirección: Calle Pérez de la Sala, 8

Código postal: 33007

Web del municipio: Oviedo

E-mail: Oficina de turismo

E-mail: Ayuntamiento de Oviedo

Dirección

Dirección postal: 33007 › Calle Pérez de la Sala, 8 • Oviedo › Asturias.
Dirección digital: Pulsa aquí



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